TÍTULO: La casa de la caridad

AUTORA: Ulrike Schweikert

TRADUCCIÓN: Mateo Pierre Avit Ferrero e Itziar Hernández Rodilla

PUBLICACIÓN: 06/06/2019

PÁGINAS: 452

EDITORIAL: Grijalbo

Berlín, año 1831. El cólera acecha la ciudad. Lo que parecían casos aislados que solo afectaban a los más desfavorecidos, se convierte en pocos días en una epidemia que recorrerá el país. En la Charité, el hospital más insigne de Alemania, el profesor Dieffenback y sus compañeros intentan frenar la enfermedad. Aunque va a ser difícil cuando no tienen nada claro cómo se transmite. La mayoría cree que se contagia por los vapores del agua del canal, pero algunos médicos entre ellos Dieffenback, empiezan a ponerlo en duda. El cólera va a ser solo una premisa para iniciar la novela, y no tiene mayor trascendencia ni continuidad tras unos pocos capítulos.

La casa de la caridad es un relato sobre la medicina de la época, sus avances y su funcionamiento. Además queda patente el trato y la situación a los pacientes según su procedencia. Todo centrado en la Charité dónde la mayoría de ellos eran de clase humilde. Una historia entretenida narrada de forma ágil y sencilla, con abundantes diálogos, que podemos encuadrar como una saga familiar, con parte histórica y algunos toques románticos.

La Charité me despertó curiosidad, ya que no lo conocía, y me puse a investigar un poco. La Charité es uno de los hospitales universitarios más grandes de Europa. Inicialmente construido en 1710 en Berlín-Mitte en previsión de un brote de peste bubónica, se convirtió en el hospital de caridad  para pobres después de que la ciudad se repusiera de la plaga. En 1727 Federico Guillermo I de Prusia le dio el nombre de Charité. Tras la partición de la ciudad después de la Segunda Guerra Mundial, la Charité quedó ubicada en Berlín Este, y a partir de 1961 estuvo limitando directamente con el muro de Berlín. A partir de la reunificación alemana de 1990, se inició una amplia remodelación de la Charité, que fue concluida en 1998. Varios médicos y científicos célebres trabajaron al menos parte de su carrera en la Charité. Al final del libro tenemos un plano del hospital tal como era en el tiempo que se desarrolla la historia.

Un hombre y tres mujeres son los protagonistas. En lineas generales son personajes bastante planos, en los que se profundiza poco. El profesor Dieffenback es un cirujano que quiere modernizar la medicina y está siempre buscando y probando nuevas técnicas quirúrgicas. La medicina es su vida y todo lo demás queda en segundo plano. Elisabeth es una chica de familia humilde que ha decidido dedicar su vida a la enfermería, olvidándose de formar una familia, por lo que entra a trabajar y a vivir en la Charité. Por otro lado Martha es una excelente y reconocida partera, que tras un suceso traumático decide dejar su profesión y trabajar en la morgue del hospital. Y finalmente la condesa Ludovica, muy interesada en la medicina, sus avances y especialmente en Dieffenback, algo nada habitual en la clase social a la que pertenece.

Es doloroso presenciar intervenciones quirúrgicas sin anestesia en que médicos y estudiantes sujetan al paciente para que no se mueva. Es lastimoso ver cómo el trabajo de las enfermeras de la época consistía en limpiar al paciente, lavar su ropa y las habitaciones, y poco más. Es curioso saber cómo se distribuya el hospital en cuatro grandes áreas; la psiquiátrica, la de las mujeres sifilíticas y con sarna, la maternal y la de cirugía. Y es horroroso conocer algunos de los tratamientos y barbaries que se aplicaban a los pacientes. Más que tratamientos los llamaría torturas.
Es una novela que me ha resultado amena y me ha gustado, pero no tengo claro si leeré la segunda parte porque me ha aportado poco más que un rato entretenido.

En definitiva, La casa de la caridad es una novela que narra la vida en un hospital de Berlín en el siglo XIX a través de cuatro personajes protagonistas. El primer volumen de una saga familiar amena y entretenida, con toques históricos y románticos.