GÉNERO: Narrativa contemporánea

Año 1974, Seattle. Los Allbright no viven buenos momentos desde que el cabeza de familia Ernt Allbright, estuvo en la guerra de Vietnam. Lo dispararon y lo hicieron prisionero. A Cora y a Leni, su mujer e hija, no les fue bien el tiempo que vivieron sin él. Estuvieron un tiempo andando sin rumbo, moviéndose de una ciudad a otra y cambiando de trabajo continuamente. Cuando Ernt volvió a casa apenas lo reconocían. Se había convertido en un hombre huraño, irritable y distante. Y siguieron dando vueltas, ya que era incapaz de mantener un trabajo y nada iba como el quería.
A eso se suma la situación política convulsa del país; Estados Unidos está dividido tras la guerra. La vida les da un giro cuando Ernt recibe una carta del padre de Bo Harlan, amigo y compañero en la guerra que murió en Vietnam. Le ha dejado su casa y sus tierras en Alaska. Ernt lo toma como la oportunidad para empezar desde de cero. Con una casa propia, en un sitio dónde pueden ser autosuficientes, cultivar verdura, cazar y ser libres. Vivir una vida más sencilla alejados de todo.

Una vez allí, parece que Alaska será la solución para la familia. Se encuentran con una cabaña y sus tierras abandonadas. Deberán abastecerse y acondicionarlo antes que llegue el duro invierno. La pequeña comunidad de Kaneq está formada por hombres luchadores donde destacan mujeres muy fuertes y referentes para sus habitantes. Desde el primer momento ofrecerán ayuda a la familia para que aprendan lo básico para sobrevivir durante el invierno. La esperanza de Leni, con trece años, de que su familia pueda por fin ser feliz terminará cuando la nieve y las horas de luz apenas lleguen a seis al día. Con la oscuridad glacial y el crudo invierno el carácter de Ernt vuelve a oscurecerse. El alcohol y la violencia son protagonistas de nuevo, y una amenaza para Cora y Leni. Más solas que nunca, se encuentran atrapadas por el entorno y su situación económica.

Leni sacudió la cabeza mientras la invadía una tristeza que ya conocía. Nunca sería capaz de explicarle cómo te sientes cuando creces junto a un padre que a veces te da miedo y una madre que lo ama demasiado y que la obliga a demostrarle cuánto la quería a ella de maneras peligrosas.

Es un narrador omnisciente en tercera persona quién nos cuenta cronológicamente cómo Leni y su família sobreviven en esa tierra inhóspita. En contadas ocasiones durante la trama aparece otro narrador también en tercera persona, desde el punto de vista de Mathew, un amigo de Leni de su misma edad. El ritmo es pausado la mayor parte del tiempo, dónde conocemos los primero años de la familia en Kaneq y como aprenden a sobrevivir. Es ya en el último tercio de la historia en que todo se precipita y ocurre mucho en el espacio de unos pocos años. Hannah hace uso de una prosa clara y descriptiva, con un estilo directo.

Unos personajes bien definidos y desarrollados aportan cuerpo a la trama. El peso de la historia recae en dos personajes, Leni como gran protagonista, y su madre Cora. Destaca la fuerza de Leni para sobrevivir pese a las circunstancias adversas desde pequeña, y el gran amor que se construye entre madre e hija. Eso convertirá a Cora y a Leni, en dos supervivientes

Los temas que trata la novela son la violencia contra la mujer en una época muy distinta a la actual, y la supervivencia en un territorio con un clima en contra dentro de una comunidad pequeña. El lector es testigo de una relación de pareja tóxica, de amor odio, en que el padre pierde los nervios y la madre parece a veces que le ayuda a hacerlo; esa es la visión que tiene Leni, su hija. Un amor enfermizo y retorcido que une a sus padres. Uno de los puntos fuertes de Volverás a Alaska es la ambientación. Descubrimos una Alaska tan bella, con ese cielo que adquiere una intensa tonalidad entre lavanda y rosa, y tan dura a la vez. Y con unos habitantes chiflados, eternos y extremos de un estado que no se parece a ningún otro, en un paraje majestuoso.

Y diréis, si te ha gustado tanto, porque no le das cinco estrellas. Pues esa media estrella que resto es sobretodo por la primera parte, mas monótona y a la que le cuesta un poco avanzar. Llegados al último tercio de la novela Leni y su historia consiguieron traspasarme, y las emociones corrieron a raudales. Aguantando la lagrimita en varias ocasiones, no digo más.

Este estado, esta tierra, no se parece a ninguna otra. Es belleza y es horror; es la salvación y la destrucción. Aquí, donde sobrevivir es una elección que debe hacerse una y otra vez, en el lugar más salvaje de América, al límite de la civilización, donde el agua te puede matar en todas las formas, descubres quién eres.

En definitiva, Volverás a Alaska es una historia de supervivencia, no sólo  de una familia en un territorio inhóspito sino también de una madre e una hija atrapadas en un hogar tóxico y dañino. Una montaña rusa de emociones que no dudo en recomendaros.

Mi valoración: