Esta novela llegó a mis manos por sorpresa, transformándose en un oasis en medio de mi desierto lector. Annabelle es la primera novela de Lina Bengtsdotter, una profesora de sueco y psicología que aunque siempre ha escrito, no fue hasta dejar su trabajo cuando publicó su libro debut. Ha recibido diversos premios en Suecia, convirtiéndose en un gran éxito en Escandinavia, donde ya se ha publicado la segunda parte de la serie, Francesca.

Gullspang es un decadente pueblo de Suecia, tanto en el ámbito económico como social, donde nunca pasa nada y todos se conocen. Una noche de verano desaparece la joven de dieciséis años Anabelle Roos.  La policía de Estocolmo será la encargada de llevar a cabo la investigación. Asignan el caso a Charlie Lager una de las mejores detectives de la brigada, que hará tándem junto a su compañero Anders Bratt. El caso será especial para Charlie. Gullspang es el pueblo donde nació y vivió gran parte de su infancia, cosa que no le trae precisamente buenos recuerdos.

La estructura narrativa de la novela consta de dos hilos temporales. Un primero centrado en el presente, contado por un narrador en tercera persona, que será el encargado de desarrollar la investigación. Un segundo hilo que nos lleva al pasado se alterna con el anterior.  Poco a poco iremos conociendo la relación de esa historia con los personajes del presente, aunque a priori parezcan totalmente alejadas. Además hay un tercer hilo narrativo que nos cuenta todo lo que le sucedió a Anabelle los días y horas previas a su desaparición a través de su propia voz.
La novela está dividida en cincuenta y cinco capítulos numerados, que se intercalan con los capítulos del pasado titulados 'Allí y entonces' y los capítulos de Anabelle titulados 'Esa noche' o 'Ese día'. La titulación de los capítulos de una forma u otra  ayudan a situar al lector antes de empezar el capítulo.
Hasta aquí podéis pensar, una novela policíaca mas con los ingredientes habituales. Sí y no. Lo novedoso y que la hace más atractiva, es como la propia víctima nos cuenta lo que le pasó paralelamente a la investigación, siendo ella quien nos descubre su final en le desenlace. Eso es lo que le da el toque diferencial a este libro entre tantos del mismo estilo.
Un ritmo sin pausa, facilitado por una prosa veloz y llena de diálogos, junto a un final nada previsible, tanto en el desenlace de Anabelle como su relación con Charlie y su infancia, suman puntos positivos.

En cuanto a los personajes la autora nos dibuja a una protagonista estereotipo del género. Charlie es una detective de policía de carácter introspectivo, de trato difícil y que acarrea una adición al alcohol además de una infancia tortuosa y nada feliz. El pasado de la detective está muy presente a lo largo de la trama. Le sigue atormentando y junto a ella iremos descubriendo su relación con los sucesos actuales, hechos y relaciones que desconocía, y que la ayudarán a entender algo más su vida.

Gullspang, el pueblo dónde transcurren los hechos, es otro de los grandes protagonistas. Un pueblo donde el nivel económico y la medidas pioneras a nivel social de las grandes ciudades de Suecia están a años luz. Desempleo, negocios cerrados, sanidad precaria son el pan de cada día para sus habitantes. Una denuncia de la autora, originaria de Gullspang, municipio real de Suecia, para dar a conocer las inmensas diferencias que existe en Suecia entre las zonas rurales y las urbes más desarrolladas. Ese es otro punto fuerte. A diferencia de la mayor parte de novelas nórdicas del género, muestra una realidad no tan visible, pero no por eso igual de real que la habitual y mas conocida.

En definitiva, Annabelle es una novela negra policiaca con una historia atractiva, buen ritmo y un final inesperado.  Una novela que me ha dejado buen sabor de boca, y ganas de leer el próximo de la serie cuando se traduzca.

Mi valoración: